- En el marco de una entrevista, el docente se refirió a la vocación pedagógica rural, al SLEP, a los futuros profesionales de la educación e hizo un llamado a no perder clases.
Aproximadamente a 100 kilómetros de la capital regional, en pleno valle de la provincia de Copiapó, está ubicada la cálida localidad de Amolanas, al interior de de Tierra Amarilla y cuyos pobladores, durante más de 34 años, han adquirido sus primeros aprendizajes en una impávida, querida y pasmosa escuela rural del sector, que hoy es administrada por el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) de Atacama y que es liderada por el destacado profesor Raúl Fuentes Soza.
Oriundo del valle, nacido y criado en la localidad de Los Loros, realizó su enseñanza en la Escuela Básica Rural N° 17, luego realizó sus estudios de 7° y 8° básico, en la Escuela Superior, mientras que la enseñanza media la concluye en el Liceo Internado de hombres de Copiapó.
Concluyó sus estudios de pedagogía en Educación Básica y también estudió Ingeniería en Minas, en la Universidad de Atacama, pero por dificultades económicas, no pudo egresar. Hoy es docente y encargado de la Escuela Rural Amolanas, establecimiento que cuenta con un impecable espíritu de servicio público desde su inauguración, el 3 de marzo de 1989. Inició su trayectoria laboral en la Escuela básica de Los Loros, el 17 de mayo de 1977.
Raúl se levanta a las 6 de la mañana para preparar su escuela, mientras, los viernes, nos cuenta que concluye su jornada a las 23 horas. Los domingos realiza limpieza y despeja las ramas y hojas que caen de los frondosos árboles. “Creo que soy el único profesor en la región de Atacama con especialización en la educación rural. Me especialicé 6 años en Villarrica y realicé pasantías en Colombia”.
El docente es padre y abuelo y fue dirigente de profesores rurales a nivel nacional: “cuando era pequeño y estudiaba en Copiapó, recuerdo que salía, a las ocho de la mañana, una micro desde los Loros y regresaba a las 18 horas. Había pobreza en esos años y era el único recurso de transporte vehicular. Antes no había carretera”.
La Escuela Amolanas posee 32 estudiantes y posee niveles desde prekínder a 4° básico. Cuenta con la educadora de párvulos, Fabiola Campusano; la profesora Zunilda Cortés; una asistente, Erika Castro y una ayudante de aula, Patricia Urrutia.
El Director Ejecutivo (S) del SLEP, Luis Adasme Padilla, sostuvo que, “Don Raúl Fuentes lleva más de 40 años trabajando como docente en la educación rural, lo que implica esfuerzo, dedicación y vocación, por lo tanto, yo valoro y agradezco su labor. Es especialista en educación rural y ha formado a cientos de personas, que hoy día, llevan a sus hijos e hijas a la escuela. El respeto en esta comunidad educativa es ejemplar y es cosa de visitar el establecimiento educacional donde él trabaja, para darse cuenta de que existe amor, cariño, respeto, tolerancia, principios y valores enmarcados a la educación pública. Es un orgullo y esperamos que siga aportando a la construcción de la nueva educación pública”.
¿Cuándo surge su vocación y amor por la educación?
“Nace por el amor y respeto que yo y mis compañeros de curso teníamos a nuestros profesores. Había una interacción y convivencia hermosa, ya que por ejemplo veíamos cuando el profesor pintaba la escuela y nosotros íbamos en la noche y lo ayudábamos. En esos años todos acarreábamos leña y agua para regar las plantas y rellenar el tambor. Tuve compañeros que no culminaron su educación básica y el querer ayudarlos, mi instó a enseñar. A la fecha, he nivelado en materia de enseñanza a más de 300 personas”.
¿Cuáles han sido los logros más importantes que guarda en su memoria?
“Lo más importante es que la comunidad confía en nosotros. Un logro destacado es ver a nuestros estudiantes egresar de cuarto básico, con una buena base pedagógica. Hay niños y niñas que llegan a otras escuelas, particularmente a quinto básico y siempre están adelantados. En el SIMCE siempre logramos importantes avances. Hemos ganado varios campeonatos comunales de cueca y haciendo memoria, para nosotros fue un orgullo estar apoyando en los aluviones del año 2015 y arriesgando la vida por las personas”.
¿Qué mensaje entregaría a los estudiantes que hoy inician su carrera de pedagogía en la Universidad?
“Lo primero que debe conocer un docente es su antropología cultural y territorial. Yo conozco a muchos de estos niños desde el embarazo de sus madres. Muchos adultos de acá son ex estudiantes míos, por lo tanto, saben sobre el respeto a la escuela. Uno debe enseñar, ser amigo y tener buena relación. En la sala siempre debe estar el compromiso de enseñar y no de exigir, pero así mismo de jugar, dialogar, almorzar con ellas y ellos, compartir. A las y los futuros colegas rurales, decirles que se deben comprometer con la comunidad”.
¿Por qué es importante que las y los niños de estos sectores rurales asistan a clases?
En el sector rural o urbano o donde sea, yo creo que los niños siempre deben asistir. Para que los estudiantes logren ser más que sus padres, deben venir contentos a clases. Acá las mamás se levantan a las 06:00 de la mañana, para que sus niños comiencen a llegar a las 06:30 horas. Si un niño no viene a clases pierde contenidos y después es difícil recuperarlos”.
¿Qué le falta al SLEP para mejorar su servicio educativo?
“No todo es negativo. Hay avances. Para mí se necesitan más funcionarios que puedan ir a terreno. Si se realiza levantamiento de información, la idea es que se avance. Nos gustaría que venga un equipo multidisciplinario o psicosocial rotativo por las escuelas rurales”.
¿Qué mensaje entrega por esta vía a sus estudiantes?
“A mis niños y niñas decirles que aspiren a llegar lejos y que cuando ingresen a quinto, tendrán una buena base. Acá existe compromiso y se respetan muchos los horarios pedagógicos, por lo tanto, eso trasciende en sus vidas y espero que nunca lo cambien”.